martes, 18 de noviembre de 2014

NORMATIVAS PARA LA REDACCION DE DOCUMENTOS FORMALES



1. Disposición adecuada a la norma institucional  de los elementos de identidad corporativa (símbolos, fuentes y tamaño o cuerpo de la letra, colores, etcétera).

2. Se deberá disponer el texto en párrafos breves y utilizando un lenguaje comprensible (sencillo y directo) para los ciudadanos.

3. Se evitarán saludos y despedidas, así como otras fórmulas de cortesía, que no tienen cabida en el lenguaje administrativo.

4. En los documentos con un destinatario individual es conveniente incluir un título. Es un recurso formal que facilita la comprensión del mensaje por su receptor. El título denomina el tipo de acto que contiene (notificación, diligencia, nota interior, etcétera).

5.Únicamente se requerirán del ciudadano los datos imprescindibles para la tramitación correspondiente, evitando solicitar datos ya conocidos o en poder de la Administración.

6. En los documentos destinados a ser cumplimentados por los ciudadanos se incluirán instrucciones claras y concisas.

7. El centro o unidad de procedencia estará debidamente identificado, con la dirección postal completa, número de teléfono y correo electrónico, para que el destinatario pueda ponerse en contacto.

8. Se evitará el lenguaje sexista y cualquier otro lenguaje discriminatorio. Se atenderá a la forma femenina de títulos, profesiones y cargos. Sustantivos no marcados, desdoblamientos y dobletes son posibles, siempre y cuando no se alargue la frase hasta hacer incomprensible el mensaje.

9. Los documentos básicos de información deberán contar con versiones simplificadas para personas con discapacidad intelectual o problemas de comprensión escrita.

10. La primera vez que se incluyan unas siglas deben ir precedidas de la denominación completa. Se evitarán siempre las abreviaturas.

11. En los formularios, los datos han de seguir un orden lógico y distinguiendo los espacios destinados para que rellene el interesado.

12. En los formularios hay que prever la posibilidad de mecanización a la hora de disponer los espaciados, campos para cumplimentar o rellenar…, así como su posterior archivo.

13. Se pueden, y deben, incorporar elementos que faciliten la comprensión del texto, tales como ciertos tipos medios electrónicos e informáticos para el diseño de los impresos.

14. Si el impreso dispone de varias copias, habrá que distinguir en cada una al destinatario (para la Administración, para el interesado, para el banco, etcétera).

15. El número de ejemplares se adecuará a las necesidades objetivas, por lo que se evitarán tiradas excesivas y no justificadas.

Podría concluir con la afirmación de que la eficiencia de la actuación administrativa está supeditada a la comunicación correcta de su contenido.





jueves, 13 de noviembre de 2014

EL ACTO DE LA REDACCION


1- Fase Mental
Obedece a la necesidad de pensar, de escribir y comprende una serie de pasos que su orden lógico son:
Selección y clarificación del tema:
Antes de escribir es necesario determinar lo que ser va a comunicar en ello, el que escribe debe conocer con certeza, lo que él mismo piensa acerca del tema por desarrollo. Para tener una clara visión de ello, es preciso un previo acto reflexivo, el cual permita que las ideas vayan tomando forma en la mente. Luego deben ordenarse con cuidado las ideas. Estas siempre aparecen en desorden.


Determinar del objetivo:
Debemos tener muy claro cuál es la intensión concreta para escribir, esto nos permite el escrito hacia el alcance del objetivo.

2- Fase de desarrollo

En esta fase es importante vigilar atentamente sobre lo que se escribe y como se escribe. En ello radica el equilibrio entre fondo y forma. 
Se recomienda:

Evitar Reiteracion de palabras y de ideas
Esto produce un lenguaje tedioso y un estilo lento que no puede aceptarse en la redaccion tecnica, pues ocasiona perdida de tiempo.

Estilo Sobrio
Se deben evitar las metaforas y otros recursos del lenguaje figurado, ya que dificultan la compresion total del mensaje. Recuerdese que en esta clase de escrito se requiere objetividad. El lenguaje figurado si cabe en la creación literaria, que corresponde a la composición. 

 



LA CARTA FAMILIAR



Las cartas familiares abarcan una amplia variedad de ámbitos y temas. No se puede afirmar que existan un ejemplo de carta familiar estandarizado o formal por la misma razón de su cometido: es una carta de mensajes entre parientes.


En cualquier caso de ejemplo de cartas familiares, no existe un formato específico, ya que cada persona elige la forma, la estética y las palabras.

En una inmensidad de posibilidades, tan grande como escritores con familia haya en el mundo, la búsqueda de un ejemplo de carta familiar podría llegar a realizarse en cuanto a su mensaje o contenido, pero a la hora de escribirla cada maestro con su librito, es decir: nadie más que el escritor sabrá cómo dirigirse a sus parientes.
Para ser un poco más gráficos en el planteo, se puede hablar de cartas familiares de saludos, de pésame, de amor, etc.

Obviamente también existen las cartas que con mayor o menor frecuencia y espacio de tiempo se envían parientes que viven en lugares o países muy lejanos entre sí, generalmente para contarse el curso de sus vidas y mantener vivo el contacto.
El hecho de escribir cartas familiares hace ya un tiempo viene perdiendo cada vez mayor importancia dada la practicidad y velocidad que otorga el email.

De todos modos hay ocasiones especiales que todavía siguen siendo propias o elegidas para el envío de este tipo de cartas: la navidad, el año nuevo, cumpleaños y nacimientos entre algunas otras.

Si bien tampoco existe un ejemplo de carta familiar propio para cada situación especial, el hecho de comunicarse con de ese modo guarda cierta artesanía o arte que es la base de su importancia, es decir: el ponerse a escribir una carta implica un esfuerzo que por mínimo que sea demuestra la intención y el deseo de comunicarse.
Dado todo lo dicho acerca de la no existencia de un modelo a seguir de carta familiar, es que las posibles limitaciones para hacerlo son las propias de cada familia a la hora de redactar por un lado y entender por el otro.